La erótica como la cocina tiene una
parte tradicional o cultural, que se aprende y se trasmite a lo largo de
generaciones. Esta unión del arte de cocinar y desear tiene sus propios
rituales íntimos y sus eventos sociales (los banquetes...). Los placeres
eróticos tiene su origen en el disfrute de los sentidos, por ello elaborar una
comida de forma especial para una misma o para alguien es un regalo a la
erótica en todos sus sentidos.
El folklore
de las pociones afrodisíacas es antiguo, a los españoles se les atribuye la
mezcla de la mosca de Española, aunque existen dudas sobre su origen ya se
utilizaba en la Edad Media y se vendía como poción erótica muy potenete. La
sustancia creo que es “cantaridina” y es producida por varios insectos (y no prefisamente
pon una mosca). El efecto es sobre quien lo toma, pero se dice que tiene un
efecto especial en las mujeres. Se debe tener mucho
cuidado con la forma en que se utiliza esta sustancia, ya que en dosis altas o
no recetadas pueden resultar mortales o irritar las vías urinarias. El Marques
de Sáde fue condenado al ser denunciado por una prostituta a la que le había
dado “demasiado polvo” y tubo infecciones muy dolorosas. Ella le denunció por intento de asesinato. El acudía a esta
prostitutas y les hacia tomar afrodisíacos para conseguir “ardientes deseos”
porque las prácticas con las que él disfrutaba estaban prohibidas social y
legalmente (penetración anal... )
Para remediar la
impotencia genital masculina mucho antes que las farmacéuticas intentasen
hacerse de oro con el viagra, en Grecia utilizaban una hierva hervidas y
mezcladas con vino. Desde la antigua grecia hasta nuestros días los hombres griegos
creen tener un buen remedio para las épocas “bajas” o los “momentos
especiales”. A simple vista parece una mala hierba medio seca, pero los hombres
ríen en su honor. Para estos dilemas
los dominicanos tienen fe en los poderes mágicos de los mariscos, y del mar
consiguen también el afrodisíaco para ellas,
para despertar el apetito erótico de la mujer
creen en los efectos del lambí u oreja del mar.
Uno de los sentidos más utilizados
en el juego de seducción o provocación erótico es la vista, por ello, no me
extraña que muchos alimentos se hayan relacionado con el juego erótico por su
aspecto, el clavo, por ejemplo es un pene en miniatura con su capullo y todo,
el platano, los espárragos, la zanahoria, los pepinos y pepinillos... ¿Cuántas
veces se ha bromeado e incluso utilizado alguno de estos alimentos para el
juego erótico?
Pero
seguramente estemos de acuerdo en que más que las sustancias es la intención y
ceremonia que muchas veces nos roda hasta envolvernos en un juego sensual. El
deseo es una emoción, no hay que buscarle sus razones, ni mucho menos sus metas
u objetivos, pero si utiliza una estrategias. El deseo “es” y en ese “ser” se
expresa desde la seducción, la fantasía o el engaño quizás. Pero es un engaño
en el que nos dejamos engañar muy gustosamente. El limite entre la
seducción y la autosugestión es tan
fino como el del efecto químico y hormonal y el deseo de desear.
Las expresiones sexuales al igual que los
platos más sabrosos y sugerentes necesitan un tiempo, una elaboración, cierto
atrevimiento y un toque personal. Jugar con la comida, sorprender con los
sabores, dedicar un brindis o compartir el postre son expresiones sexuales a
elaborar y cuidar.
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